La fiesta de la candelaria es la ultima verbena del ciclo de
la navidad, y las costumbres culinaria e inherentes a sus celebración van mas
allá de los típicos tamales y atoles que se sirven en México.
Y es que, en esta fecha no solo se conmemora la presentación
del niño Jesús en el templo de Jerusalén, sino también la renovación anual de
la naturaleza, el regreso del sol tras el invierno y el inicio del ciclo agrícola
del trigo.
Los antiguos habitantes de las Galias región ocupada actualmente
por Francia, Bélgica, Suiza, Holanda, Alemania y las Islas Británicas daban una
anticipada bienvenida al sol primavera preparando crepas, asi se origino la fiesta
de la candelaria.
Preparaban crepas por que son círculos dorados como el sol,
que se elaboraban para proteger el trigo de la próxima cosecha, para que no se
quemara.
Durante tiempos romanos, la costumbre de hacer crepas se
conservo como parte de las LUPERCALES, fiestas inspiradas en la fertilidad
donde las procesiones con antorchas anticipaban la llegada de la primavera.
La fiesta de las antorchas se convertiría al cristianismos gracias al Papa Gelacio I,
quien instauro el 2 de Febrero como el dia de la presentación del niño Jesús en
el templo de Jerusalén.
En las iglesias se cambiaron las antorchas por velas, que
ayudaban a proteger de la muerte y las cosas malas, dando la festividad el
nombre de LA CHANDELEUR.
También se dice que en el siglo V el Papa Gelacio I decidió
regalar crepas a los peregrinos que viajaban a roma para celebrar la presentación
de Jesús.
Celebrada no solo en Francia sino en los antiguos territorios
galos, principalmente en Bélgica y Suiza, la chandeleur se conoce también como
la fiesta de las crepas, y se considera a estas preparaciones un símbolo de
prosperidad es estos territorios la tradición es hacer versiones dulces de azúcar,
chocolate y mermelada.
RECETA DE CREPAS DE ALMENDRA Y CHOCOLATE
RECETA DE CREPAS DE ALMENDRA Y CHOCOLATE